lunes, 21 de enero de 2013

Los sistemas perfectos

Y me encantaba ver ese canal de televisión. No enviaban corresponsales a eventos que no importaran al bien común del pueblo: ni a posesiones de presidentes en países que nos tratan como indios, o a partidos de fútbol donde es evidente que muestran participación va a ser nula.
Si, en ese noticiero saben como evitar el desvío de fondos a pagarle viáticos a corresponsales solo para que les informen lo que ya puede verse en canales por internet. No pierden el tiempo al aire comentando sobre el último video que les enviaron por spam, o alargando las noticias de farándula.


Otro sistema perfecto vi en cierta prisión. La historia del reo que acaba loco al estar en una celda donde no hay vista al exterior, solo una ventana enrejada a lo alto de la pared. No hay visitas, no hay ruido, no hay contacto con los reos vecinos. Solo algo de comida. Eso hace que el reo quede pensando solo en los actos que lo condenaron. Prisionero en su celda mental. Esto ayuda a que pueda salir a la comunidad solo si puede salir de la prisión de la violencia, represión y destrucción que habita en su mente.

Gobiernos perfectos, aquellos que relacionaban la gestión y la administración con el servicio a la gente. son estas situaciones perfectas donde la religión se une con el estado, debido a que la vocación, la ética y la moral de los gobernantes se enfoca al servicio y al bien común. Ahí es donde el mecanismo de la fé funciona y crea obras maravillosas. En estos gobiernos perfectos, las ofrendas a los pobres y los servicios comunitarios para los más necesitados son sus planes principales, donde al desamparado o al misero se le apoya con educación y formación para el trabajo e integración a la comunidad. Para otros gobiernos, estos planes son subcontratados a compañías que solo ven el ingreso de activos y la maximización de la producción a costa del detrimento social y el bienestar del usuario. De esta forma se concentran en lo proyectos de donde puedan sacar provecho y poder generar focos de corrupción, y como bandera política, como plan de gobierno de aquellos avaros que se enriquecen a costa del pueblo. Así, cuando se han robado la plata de las obras, ahí si vienen las solicitudes de diezmos y limosnas, tomando el dinero del pueblo nuevamente.

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